La lavanda es originaria del Mediterráneo, el sur de Europa y algunas partes de África. Generalmente crece en climas cálidos o templados y como miembro de la familia de la menta, tiene más de 40 variedades. Esta versátil planta es considerada un adaptógeno y es sumamente conocida por sus propiedades terapéuticas.
Beneficios
La lavanda alivia la tensión y fomenta la calma, es utilizada para diversos fines, con excelentes resultados como estos:










Alivia el dolor del cuerpo y del alma.
Facilita el sueño profundo.
Reduce la ansiedad, desvanece migrañas, lumbalgia y el cansancio emocional.
Mejora la circulación y ayuda a curar la artritis.
Ayuda a curar problemas respiratorios y a regular el ritmo cardíaco.
Incrementa la capacidad cognitiva.
Ayuda a restaurar el equilibrio hormonal.
Reduce el riesgo de infecciones urinarias.
Mejora la digestión (desintoxicante).
Refuerza el sistema inmune.
Puede usarse para mejorar daños en la cara y heridas:
Desinfecta la piel y el cuero cabelludo.
Repele insectos y puede usarse para tratar la inflamación causada por sus picaduras.
Es un antiséptico natural por lo que se usa también para detener el sangrado y para tratar condiciones como el acné.



Precauciones:
Embarazadas y madres que estén lactando debieran evitar el aceite de lavanda, al igual que diabéticos. Puede provocar alergia en personas con piel sensible.